Cómo arrancar, cómo empezar a contar algo de todo lo que hemos estado viviendo hace exactamente 25 días de aislamiento absoluto. Demasiadas veces quise escribirles, y no logré hacerlo porque la intensidad de nuestro trabajo se volvió exponencial.
La primera semana - que para nosotros fue adelantada respecto al resto de la cuarentena obligada - iniciamos nuestros encuentros de manera completamente online. Ya lo veníamos haciendo tímidamente, con algunos profesionales de otras provincias y equipos, pero a partir del 15 de marzo, tuvimos que hacerlo con la totalidad. Nos zambullimos a la pileta, sin antiparras, para nadar de golpe a toda velocidad.
Seguimos acompañando desde nuestra casa-oficina a profesionales, emprendedores, empresas, ONgs, directores de organismos públicos, líderes de diferentes edades, contextos y culturas. La apertura a lo digital fue total, como si un vórtice de repente se hubiera abierto ante nosotros, ahí estábamos todos, sentados frente a frente, porque en realidad, nada nos separaba.
El cambio tan drástico significó incrementar la energía al 1000%, desde otro lugar, la distancia física nos exigió poner más cuerpo, más presencia, mucho más acompañamiento.
La primera semana, no les miento, pensé que me iba a quedar sin voz, no sucedió. No sabía si me escuchaban, así que hablaba con el doble del volumen, corría la cámara 20 veces, y me inclinaba tanto para tratar de seguir viendo los gestos no verbales que pensé que mis ojos se transformarían de la nada en pantalla retina de 15 pulgadas.
Los vivos de referentes y colegas que corrían por las redes sociales a toda hora,
los veía casi de costado, no tenía un sólo minuto de tiempo libre. Todo había cambiado. A veces para tener aaaaaalgo de idea los dejaba sonando cual radio de fondo, como en otras épocas, ¿se acuerdan de las radios analógicas que girábamos una rueda para cambiar el dial?
Ayer a la tarde fue el primer día que terminé con la misma fuerza y energía que me caracteriza después de todos los encuentros. Feliz, con la sonrisa dibujada de lado a lado. Siento que todos de alguna manera u otra, nos sentimos atravesados por estos cambios de múltiples maneras y puntos de vista, hoy es la primera vez que pude sentarme a compartir parte de este aprendizaje acelerado.
